En ocasión del acto celebrado ayer en el Paseo Malvinas, hijos de los veteranos dejaron emotivos mensajes hacia los protagonistas argentinos en el conflicto bélico del Atlántico Sur de 1982.
Yanina Pesaresi, dijo en tono de gran emoción que “estos soldados que dieron su vida por nuestra Argentina, a los Héroes de Malvinas, no alcanza ni existe reconocimiento alguno que pague todo lo que vivieron en la guerra. Me encantaría que este 2 de abril no termine en este acto, sino que todos los días recordemos, que visibilicemos su historia y su presente en la sociedad”.
En la parte final, leyó una carta enviada con una tableta de chocolate a su papá, Diego Pesaresi, en época del conflicto por una argentina de 13 años, Carina Pacheco y su familia, donde después de destacar que “ustedes necesitan toda la fuerza del mundo”, promete acompañarlos desde la oración, “porque orar es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios”.
Finalmente sostiene: “Les pido que no se sientan solos, piensen que todos los argentinos estamos ahí junto a ustedes con el pensamiento a la hora de rezar y con el júbilo que tenemos cuando escuchemos decir en la radio: Valerosa defensa de nuestros soldados. No se desanimen, porque unidos es más fácil.
Por otra parte, los otros dos hijos de veteranos, Lucía Rodríguez (su papá Ramón Rodríguez) y Abel Affranchino (hijo de Carlos Affranchino), en un mensaje conjunto donde destacaron el duro momento atravesado por un proceso de “desmalvinización” sufrido por los combatientes, dijeron que a 40 años del regreso a la democracia, ese estado de justicia y solidaridad “nuestros héroes empezaron a ser reivindicados, reconocidos y valorados”.
Añadieron que “aunque su lucha interna continúe, aprendieron a vivir con las secuelas y cicatrices que la guerra les dejó, si bien aún hay mucho camino por recorrer para que toda la sociedad comprenda y valore la gesta de estos hombres y el amor profundo por su bandera”.
Lucía y Abel aseguraron que “nuestro compromiso y derecho es seguir malvinizando; en cada oportunidad que se nos presente, a contar nuestras vivencias y a promover el amor y respeto por los colores de nuestra bandera celeste y blanca. Este humilde homenaje es para expresarles reconocimiento y gratitud por el servicio brindado a la Patria. Los hijos somos el legado que continúa y continuará, con su lucha por el sentimiento nacional que se hizo carne: ¡las Malvinas son argentinas!”.
